Gaucín, aunque se desconocido por muchos, posee en sus montes una de las primeras bodegas de la Serranía de Ronda que se crearon en la comarca con la intención de recuperar los viñedos que en el pasado prefiloxérico fueron una de las grandes fuentes de ingresos de sus agricultores.
A priori, pensar en hacer vinos tan al sur de Europa parecía una idea loca, aunque si se estudia en detalle el proyecto aquella propuesta no era tan descabellada. Una finca situada a casi 700 metros sobre el nivel del mar, entre dos valles que le confieren unas condiciones climatológicas especiales y con unos suelos parecidos a otras regiones muy conocidas como puede ser Rioja. Además, con un gran cambio de temperaturas entre estaciones con días en los que llega a nevar.
Aquella idea de Rickard Enkvist, que comenzó en la década de los 80 con la plantación de las primeras cepas, terminó tomando forma y se convirtió en la bodega Cezar, que en la actualidad es una de las más antiguas de la zona. Cuenta con tres hectáreas de viñedos alrededor de la propia bodega y cultiva las variedades tempranillo, cabernet souvignon, syrah y moscatel. De hecho, es la única bodega de la zona en la que se realiza el tradicional asoleo de la uva para fabricar su vino naturalmente dulce.

Unos vinos que se elaboran bajo la dirección técnica de José Manuel Cózar, el enólogo en el que Enkvist depositó su confianza desde los inicios y que sigue estando al frente de este proyecto que en la actualidad cuenta con Sueños tempranillo, Sueños _Cabernet souvignon, Sueños Inga, de los que se siente muy orgulloso pese a que muchos les dijeron que la idea de plantar allí tempranillo, su uva mayoritaria no era buena idea. “Esta bodega tiene más de 40 premios nacionales e internacionales”, apunta Cózar.
Además, también elaboran Sueños Cava, vinagre, aceite y mermelada de vino, una gama de productos especiales que han tenido una muy buena aceptación en el mercado. Entre ellos sorprende la presencia de un cava, un vino espumoso que se elabora en Cataluña dentro de la denominación cava, por lo que puede venderse con dicha denominación.
A ello se une la gama Cózar: A pulmón blanco, tinto y rosado. Pequeña Verde (petit verdot), Chardonnay, Muscat, MDM (naturalmente dulce). En este caso se trata de uva que procede de viñedos externos, aunque se encargan de su control a lo largo de todo el año, según explica Cózar.
Unos vinos de los que en total se elaboran más de 30.000 botellas anuales de forma natural, por lo que algunos de ellos necesitan ser decantados si queremos evitar sedimentos.

Al igual que ocurre con otras muchas bodegas de la Serranía, el enoturismo forma parte de la actividad diaria de la bodega. En este caso también ofrecen desde la visita con catas, hasta experiencias muchos más amplias que incluyen comer en las instalaciones y hasta dormir en alguno de los alojamientos disponibles en las poblaciones cercanas.
Incluso se encargan de buscar actividades complementarias para realizar en la zona y visitar Ronda, tras lo que espera una cena con vinos.